El pasado 17 de marzo realizamos
la primera prueba de la ruta de la margen derecha del camino escolar. Un grupo
de padres, madres, niños y niñas comenzamos a hacer realidad en el Cándido Domingo una idea impulsada por el Ayuntamiento de Zaragoza: los caminos
escolares. Un proyecto “que persigue que los niños y niñas se desplacen en
grupo en su trayecto de ida y vuelta al colegio”.
En realidad, la iniciativa no es
nueva. Se trata de recuperar una vieja costumbre, casí perdida por estos lares.
Ahora nos sorprende la presencia de niñas y niños caminando sin adultos desde
su casa hacia el cole. Pero seguro que nos recordamos recorriendo nuestras
calles de la infancia, encontrándonos con vecinos, amigos, ..., quizás
saludando (y entrando a comprar) en alguna tienda del barrio o del pueblo.
Ahora pensamos que las calles son menos seguras, el tráfico es más intenso, …
El proceso comenzó el pasado mes
de diciembre con unas jornadas de formación en la ciudad, a la que acudieron
algunas familias, y una reunión de presentación en el Cándido. En ellas nos
explicaron detalles concretos del proyecto y nos fuimos cargando de ilusiones.
Las familias (¿os acordáis?)
rellenamos unas encuestas donde explicábamos nuestros hábitos en el camino
hacia el cole. También expresamos nuestra voluntad (o no) de incorporarnos al
proyecto y los “puntos negros”, lugares que crean dificultades para el tránsito
peatonal.
Buena parte de las familias ya
nos conocíamos, bien por coincidir en la calle, bien porque nuestros hijos son
compañeros de curso, bien por ser vecinos del barrio. “Nos pusimos las pilas”,
hablamos y nos intercambiamos disponibilidades. Finalmente quedamos el día 7 de
marzo. Ajustamos las horas y puntos de encuentro, hablamos de qué madres/padres
que podrían acompañar a los niños, nos dieron los chalecos amarillos y fijamos
nuestro primer día: el 17 del mismo mes.
Al mismo tiempo, los niños y
niñas tenían una reunión “paralela” en la que les explicaron qué era eso de los
caminos escolares, repasaron la ruta y jugaron con el material del aula de
psicomotricidad. Los chicos estaban entusiasmados con la nueva “aventura”y
nerviosos como si fuera el primer día del curso.
Y llegó el momento: en la primera
parada nos encontramos ¡4 adultos y 7 niños!, algo apresurados, mirando el
reloj para ver si cumplimos la previsión. Seguimos hasta el Paseo Echegaray y
recogemos a otras dos familias; finalmente en el cruce de este paseo junto al
puente de Piedra ya estamos tod@s en el horario
previsto: 9 adultos y 14 niños.
Hemos decidido venir todas las
personas para inaugurar la primera ruta hacia el Cándido. El reto es ir
reduciendo el número de adultos y que los niños vayan por delante a su aire.
Este proceso es educativo también para las personas adultas. Nos hace
conscientes de que crecen, se hacen mayores y nos piden venir solos.
En cada lugar un fotógrafo de la
organización retrata los encuentros de esta pequeña historia. Llegamos al cole
en el horario previsto ¡y nos hacemos la foto inaugural! ¡Misión cumplida...
por partida doble! Varias familias se interesan
por esta iniciativa.
Al día siguiente, 18 de marzo,
otra reunión en el cole y familias que hablan por sí mismas y por amigas suyas
se juntan y hablan de las posibilidades de nuevos caminos escolares ¿Surcarán
nuestras calles nuevos autobuses de color amarillo? Seguro que sí.